Agosto 2020 ›

Autora: Gemita Pallacán.

“El COVID19 nos ha obligado a generar nuevas formas de convivencia para evitar la propagación y protegernos ante la adversidad, replanteando nuestras vidas y proyectos, adaptándonos a los nuevos desafíos que implica estar encerrados en nuestros hogares, buscando soluciones a las dificultades del día a día.
Sin embargo, hay un grupo de personas que ha vivido esta pandemia de forma distinta, me refiero a los adultos mayores, quienes, con una actitud admirable, obediente y consciente, han tratado de adaptarse a dichas circunstancias. No solo se han visto en la dolorosa decisión de no poder ver a sus seres queridos, incluso a sus nietos recién nacidos, sino que además han tenido que aprender a confiar en su entorno y depender de la buena voluntad de otros para hacer sus compras, gestionar sus remedios, pagar sus cuentas o cobrar su pensión. Y el gran desafío de evitar deprimirse, ya sea por las noticias o por el gran dolor de perder a un familiar o amigo, llorarlos en silencio y al otro día darse ánimo y fuerzas para seguir adelante.
Tengo la gran suerte de estar viviendo esta cuarentena en un pasaje con muchos de ellos, quienes día a día con sus historias, enseñanzas, detalles y regaños me enseñan lo importantes que son en nuestras vidas.”

Este proyecto se trata de Adolfo (88 años) y Mercedes (86 años), quienes llevan 66 años de casados, son padres de seis hijos y abuelos de muchos bellos nietos.
Se mantienen comunicados con los suyos a través del teléfono, objeto que ha sido un gran aliado en esta odisea, ya que viven solos en una casa en Maipú, en donde han llevado una estricta cuarentena añorando que pasen los días para estar nuevamente disfrutando a quienes aman.
Es justamente por sus ganas de vivir, optimismo y entusiasmo con el que están enfrentando estos momentos, la razón por la cual deseé plasmar a través de mi cámara, el cómo llevan su rutina en estos tiempos de pandemia.